Respirador Bucal


Los padres de niños respiradores bucales deben ser conscientes que la resolución de este problema lleva tiempo y mucho esfuerzo pero que bien seguidos y controlados minimizan los riesgos que conlleva vivir con este tipo de cuadros.
Recuerde consultar con su 0dontólogo si su hijo presenta respiración bucal habitualmente o cualquiera de los signos y síntomas que nombraremos en este artículo.

El chupete, altera los dientes

Para el niño, succionar es un acto espontáneo, que le proporciona sensaciones agradables, tanto si se trata del chupete como del dedo.

Acostumbrar al bebé a utilizar el chupete no es malo: sin embargo, hay que prestar atención a no abusar, para que después la separación no sea tan difícil. La utilización del chupete no provoca daños irreversibles a las arcadas dentarias, sobre todo, si se utiliza hasta los dos años y, al contrario de lo que se cree, es menos dañino que la succión del pulgar, porque ejerce una menor presión inferior sobre los dientes. El chupete, además, es más controlable para los padres, pues éstos pueden decidir cuándo dejar de utilizarlo.

El uso del chupete durante mucho tiempo, sin embargo, puede conllevar alteraciones en el paladar y en las arcadas dentarias y, por tanto, se debe intervenir.
Una gran parte de los problemas de disarmonía en los dientes pueden deberse a un abuso del chupete o al hábito de chuparse el dedo en la infancia.
Estos malos hábitos pueden ser, en algunos casos, los culpables de que entre un 10 y un 15 por ciento de la población presente algún tipo de disarmonía dentofacial, que “afecta a la estética y funcionamiento de la persona

Uso y el abuso del chupete.

“Si utilizamos el chupete de manera racional, sólo unas horas cada día hasta los tres años, no tiene por qué ser nocivo para el niño”. No obstante, a partir de los cuatro años, “su uso prolongado puede crear un efecto de ortopedia en el paladar, de moldeador del crecimiento facial, que puede tener repercusiones, como la imposibilidad de cerrar la boca -mordida abierta”



Concurre a la consulta, su papá refiere que usa chupete y se coloca el dedo pulgar en la boca.

Y el hecho que el niño no pueda cerrar la boca “condiciona una malformación de las estructuras de la cara, una mayor presión de la musculatura de las mejillas, lo que produce un paladar alto y, por tanto, el niño puede tener problemas de respiración y la imposibilidad de morder los alimentos correctamente, con lo que la digestión empeora”

El dedo en la boca también perjudica


Pero no sólo el abuso del chupete puede dar problemas en el desarrollo del paladar y la dentadura del niño, “también el dedo en la boca a todas horas, como sustituto del chupete, puede provocar que el niño necesite, en un futuro, correctores dentales, así como el resto de problemas que ocasiona el abuso del chupete”. Además de la boca, “también repercute en un mal desarrollo del dedo que continuamente están chupando, quedando más delgado o pequeño.

Para prevenir estos problemas, se recomienda la retirada del chupete en las fases iníciales del hábito y el control del niño, para que no lo sustituya por el dedo de forma inconsciente. “Cuanto antes eliminemos este hábito, mejor”

Pero si el abuso del chupete o dedo ya nos ha dado problemas, “primero se prueba con tratamientos de ortodoncia -correctores dentales y de paladar- para darle la forma que hubiera tenido el interior de la boca sin el uso del chupete. Los seis años es la edad más adecuado para empezar con este tratamiento, mientras que la cirugía se dejaría para más adelante, y sólo cuando fuera estrictamente necesaria”

La respiración bucal, propicia un terreno para que exista un aumento de las secreciones en las vías aéreas superiores y que a su vez favorecerá la alteración de la funcionalidad de los oídos, de los senos paranasales y con frecuencia desencadene crisis obstructivas bronquiales a repetición.
Todo niño que respire por la boca ocasionalmente, intermitente o perenne es un respirador bucal, ya sea por causas obstructivas, por hábitos y por anatomía.

Síntomas más frecuentes del respirador bucal en relación con los dientes:

  •  Deglución atípica
  •  Dientes mal implantados
  •  Trastornos en el desarrollo del macizo facial (paladar estrecho y hundido, mandíbula elongada)
  •  Labios permanentemente abiertos
  •  Interposición lingual
  •  Paladar ojival

Otros síntomas

  •  Tos seca
  •  Tos nocturna
  •  Incapacidad respiratoria
  •  Apneas obstructivas del sueño
  •  Sinusitis
  •  Otitis
  •  Trastornos de la audición
  •  Falta de atención
  •  Retraso escolar
  •  Alteraciones posturales

Las causas más comunes que provocan respiración bucal

  •  Mal oclusión dentaria
  •  Es necesario destacar que en el respirador bucal, el choque de dos fuerzas musculares opuestas (la lengua y el cinturón labial, o sea, labios, mejillas y lengua) causa desequilibrio entre los músculos de cierre y apertura de los labios, que hacen que la boca normal en reposo quede cerrada sin ninguna presión, solamente por tonicidad.
  •  Cualquier cambio producido en la actividad muscular o en su tonicidad, se reflejará por síntomas clínicos como son: interposición lingual, respiración bucal, incompetencia labial (labios permanentemente abiertos) y sigmatismo. Estos son los síntomas más característicos del desequilibrio muscular.
  •  A medida que se produce el crecimiento en el esqueleto en el respirador bucal hay una atrofia del maxilar superior con deformidades y asimetría de la bóveda palatina (paladar ojival), trastornos de calcificación, implantación y oclusión dentaria.
  •  Otro dato importante es considerar que al ocurrir habitualmente en niños de 1 a 5 años de edad, etapa donde se adquiere el lenguaje y etapa base para el aprendizaje escolar que está por venir la respiración bucal, puede afectar el desarrollo cognitivo infantil.
  •  Y más aún si a esto le sumamos la pérdida de audición intermitente que pueden presentar por otitis y/o disfunción tubárica lo que acentúa más el riesgo de problemas escolares, distracción e inquietud.
  •  Los niños respiradores bucales pueden presentar alteraciones posturales como hombros caídos, tórax hundido y menor respuesta a actividades físicas comunes.

Intervención del Odontólogo

“La persona con este síndrome tiene una autohigiene deficiente ya que la saliva al tener la boca abierta se seca, lo cual impide una buena autoclisis. Esto acompañado de una mala higiene por parte del individuo puede causar fácilmente caries.”